domingo, 25 de agosto de 2013

Sandra López Ramirez , Un ángel que abandonó la tierra y se fue derechito al cielo

Que difícil es decir adiós. Que duro es ver partir a nuestros seres queridos... aquellos que te dejan un vacío en el alma y los ojos llenos  de lágrimas... Que duro es saber que estás ahí pero de un momento a otro te vas y  me dejas... sin decir adiós, sin darme un beso y un abrazo y cerrando toda posibilidad de volver a escuchar tu voz.
La vida nos sorprende, nos arrebata lo que más queremos cuando menos  lo pensamos.
Antes sabía que estabas ahí y que cuando quisiera podía llamarte, que te podía encontrar, siempre  en el mismo lugar. Pero te fuiste, nos dejaste un dolor y un vacío tan grande.
Tia, tus sobrinos lloramos, tus hermanos lloran, tus primos lloran, pero no te lloran , porque eres un ángel y estás en los brazos de Dios. Lloramos tu ausencia, lloramos tu sonrisa que se apagó, tus ojitos que se cerraron, tu habitación vacía de tu cuerpo, pero llena de tu presencia. Aunque sabemos que ya descansaste, que estás feliz, no podemos evitar este dolor tan grande.
Nos llenaste a todos de alegría, de abrazos, de besos... Eras un ejemplo de humildad, de agradecimiento, de pureza... Aunque tenías tus problemas nada te afectaba para ser feliz, jamás renegaste de la vida y de tu suerte. Nos amaste a todos con sinceridad, sin hacer diferencia, sin guardarnos rencores. Nos perdonaste ingratitud, discusiones, malos tratos y nos amaste a todos por igual, hasta el final.
Te fuiste y nos dejaste un gran legado, tu ejemplo de vida. Ojalá pudiéramos aprender de ello.
Hoy nos despedimos de tu cuerpo, jamás de tu vida... siempre te llevaremos en nuestro corazón, en nuestros recuerdos. Y nuestro único consuelo es saber que estás feliz, porque Dios cuida de ti.
SANDRA LÓPEZ RAMIREZ, Mi tia, te amamos y te vamos a llevar siempre en nuestro corazón hasta que nos llegue el día y Dios quiera que podamos reunirnos otra vez.