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Quiero compartir la tristeza que siento, por la partida de un angelito, al bebito de mi primo, que nació muy prematuro, tuvieron que sacarlo por un fallo en el crecmiento. A dos días de haber llegado al mundo, este angelito se nos fue. Quién se imagina el dolor de una madre que sufre desde el primer momento no poder tener su bebé en su regazo, tener que domir sabiendo que lo dejó lejos. Aún así espera con ansiedad el día que pueda tenerlo las 24 horas y compartirlo con su padre. Cuan grande será el dolor de ese padre que aunque preocupado está feliz por la llegada de su primogénito, que resultó no ser una niña como esperaban. Cuantos planes ya hechos, muchos sueños, un espacio en su casa, un lugar en su familia, un nombre improvisado por el facor sorpresa...
Hoy sus brazos se han quedado vacíos y nuestros corazones arrugados. Lo más probable es que tengan más hijos y estén llenos de felicidad pero siempre quedará ese vacío y ese recuerdo, meses de añoranza e ilusión. Yo no tengo la dicha de ser madre aún pero como me duele.
Todo este dolor tiene un significado, porque así lo quiso Dios, debemos aceptar su voluntad, esa pequeña criatura llegó al mundo y sé fue a los brazos de Diosito sin ser tocado por la maldad.